sábado, 13 de marzo de 2010

Miguel Delibes 1920 -2010

Gracias a este dibujante y  escritor vallesoletano, y a su novela "El camino", me aficioné a la lectura de manera irremisible recién inaugurados los ochenta. Fue una lectura obligada, trabajo escolar, hasta la tercera página; de ahí en adelante, quedé inmerso voluntariamente en una gran historia, de personajes fácilmente reconocibles entre los míos. No olvidemos que yo era un jovencito inacabado, ¿11, 12...?, que hasta la fecha sólo devoraba cómics y deliciososo bocadillos de pan con vino y azúcar que preparaba mi abuela, sentado en el portal de su casa, allá en el pueblo, durante un verano inolvidable en más de un sentido. Recuerdo las horas de resol, con el libro abierto entre mis dedos, las páginas llenas de migas... y alguna osada hormiga jugándosela sobre mi mano. Jamás, creo, he disfrutado tanto un libro; y es que, el primero siempre es el primero.
Hasta siempre, compañero.
Y, de nuevo, gracias.
Nelo

miércoles, 3 de marzo de 2010

Quitando hierro al asunto

Me acabo de enterar de que un tal Richard Gross, empleado de la NASA en EEUU, y sus colegas han calculado que debido al terrible terremoto que ha sufrido Chile, por encima de 8, 5 en la escala de Richter, el día se ha acortado en 1.26 microsegundos. No es la primera vez que sucede algo así, pues ya en Sumatra, con un sismo de 9,1 grados en el 2004, el día se acortó 6,8 microsegundos. Parece que estos cambios son irreversibles… ¿Y qué podemos hacer al respecto?, nos preguntamos.
Pues bien, dado que China se sitúa en las antípodas de Chile, ¿no deberíamos convocar a todos los ciudadanos pekineses que quepan en la plaza de Tiannanmen y al grito de ¡ahora! invitarles a saltar? Quizá así lográramos corregir la trayectoria de nuestro maltrecho planeta, que ya en plena madurez se resiente con este tipo de achaques.
Y ahora, un poco más en serio: concienciémonos de una vez por todas de que la Tierra, nuestra Pachamama, está viva y adolece. Si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por los que llegan o llegarán. Como dice un viejo proverbio indio, "La Tierra no es herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos".

Mi sentida solidaridad con el pueblo haitiano, chileno... y otros que nunca sabremos.
Sigamos buscando la felicidad a pesar de todo; les aseguro que en algún lugar, en algún momento, existe o existió.
Porque el mundo no se acaba hoy.

附屬的
Nelo