
Si bien hay entidades que, alegando razones éticas, cada año tratan de recortar libertades al pueblo poniendo barreras a las tradiciones, deben saber que la gente necesita esa vávula de escape, ese respiro entre tantos vaticinios apocalípticos que nos trae el progreso, a caballo de la economía, la delincuencia y otras miserias. Es cierto que se necesita regular ciertos comportamientos, por respeto, consideración a los demás, ética... pero sin entrar en el absurdo del proteccionismo exagerado. Y aunque muchos no lo entiendan, el 19 prenderemos fuego a todos los monumentos, a todas las críticas, a todos los males, en más de 700 piras que iluminarán el cielo de rojo y bergamota. Arderá Valencia, y antes del alba su espíritu renacerá de las cenizas con renovadas fuerzas, para afrontar de nuevo el embate de la inclemente realidad. Sólo se salvará de la cremá, el Ninot indultat (foto)
Nelo