Recientemente se dio a conocer el ganador de un concurso de microrrelatos organizado por una empresa de ascensores, cuyo único requisito era que aparecieran las palabras "elevamos sueños". Este fue el micro que envié, aunque sin éxito esta vez. Lo hago público para que no se pierda en el ostracismo. Un abrazo y un guiño, queridos lectores.
El sueño de Neil Armstrong
Recuerdo el día que llevé al abuelo a un centro comercial. No le gustaba ir
a la ciudad, pero necesitaba un traje para la boda de su nieta y no pudimos
conseguir uno prestado.
Tras aparcar en el sótano del edificio, nos dirigimos a los ascensores, sobre
los que un gran cartel anunciaba: “Elevamos tus sueños”. El eslogan respondía a
una campaña de descuentos en la segunda planta del edificio.
Cuando se abrieron las puertas automáticas, el abuelo se aferró a mi brazo,
suspiró hondamente y avanzó muy despacio junto a mí. Sus manos temblaban. Al poner
el primer pie en el interior, dijo:
-Como el astronauta ése cuando pisó la luna.
Sonreí abiertamente... Quién hubiera imaginado que aquella era su primera
vez.
2 comentarios:
Muy bueno, Nelo. Lamentablemente los jurados de los concursos tienen reglas particulares que en nada tienen que ver con la calidad de los textos participantes. Hay cada premio por ahí que causa sonrojo. Otra vez será, amigo. Un abrazo
Gracias, compañero Juan. No me quejo por no haber resultado ganador, no soy tan cretino, jeje. Y seguro que ha ganado un buen texto. Cada jurado tiene su criterio, que suelo respetar. Pero me apetecía compartir el micro. Un fuerte abrazo.
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